sábado, 9 de mayo de 2015

Apoyo emocional para padres con hijos especiales


Tener un hijo con necesidades especiales hace que el papel del padre y el de la madre sea especial. Hay estudios que señalan que los padres de niños con necesidades especiales pasan más tiempo en casa que otros, o que aquellos bebés prematuros que cuentan con padres comprometidos en su acompañamiento tienen un mayor coeficiente intelectual a los tres años (independientemente del peso del bebé al nacer u otros factores paternos).

Un padre con hijos de estas características presenta diferencias respecto a la madre: él está más preocupado por las implicaciones a largo plazo de las necesidades de su hijo, frente a la vivencia más enfocada en el presente de las madres.

También hay diferencias en cuanto a los sentimientos frente al nacimiento del bebé que se descubre con necesidades especiales: las mamás tienden a sentir tristeza y culpa mientras que los padres son más críticos y realistas.

De este mismo modo son los padres cuando se enfrentan a situaciones de exclusión de sus hijos, o cuando se topan con las dificultades que el sistema y las instituciones les presentan a la hora de integrar o rehabilitar a los niños.

En ocasiones, los padres se sienten tan afectados por estas experiencias negativas de exclusión, que su actitud puede llegar a afectar a la relación familiar, especialmente con la pareja. Por eso muchos programas de atención a niños con necesidades especiales inciden en este tema, con el fin de prevenir posibles problemas en el hogar.

En definitiva, si para cualquier niño las figuras materna y paterna representan un mundo, y la cercanía del padre beneficia el desarrollo del niño, lo mismo sucede con los niños con alguna discapacidad. Sin duda es importante remarcar que los papás que son especiales para los niños con necesidades especiales logran una mejor relación familiar y los vínculos también son especiales.